Traducción y notas de Mariana Pérez Ocaña
El texto original en inglés sin notas, puede ser consultado aquí: J.K. Rowling Writes about Her Reasons for Speaking out on Sex and Gender Issues
Este no es texto fácil de escribir, por razones que se aclararán en breve, pero sé que es hora de explicar sobre un tema rodeado de toxicidad. Escribo sin ningún deseo de aumentar esa toxicidad.
Para las personas que no lo saben: en diciembre pasado (2019), tuiteé mi apoyo a Maya Forstater, una especialista en impuestos que había perdido su trabajo por escribir tweets que se consideraron "transfóbicos". Ella llevó su caso a un tribunal laboral y le pidió al juez que dictara si la creencia filosófica de que el sexo está determinado por la biología, está protegida por la ley. El juez Tayler dictaminó que no lo era.
Mi interés por los temas trans data de casi dos años antes del caso de Maya, durante los cuales seguí de cerca el debate en torno al concepto de identidad de género. Conocí a personas trans y leí varios libros, blogs y artículos de personas trans, especialistas en género, personas intersexuales, psicólogos, expertos en protección, trabajadores sociales, médicos, y seguí el discurso en línea y en los medios tradicionales. En cierto punto, mi interés en este tema ha sido profesional, porque estoy escribiendo una serie de libros sobre temas de crímenes, ambientada en la actualidad, y el personaje de un “detective ficticio” tiene una edad para interesarse y verse afectado por estos temas. Pero, por otro lado, es intensamente personal, como lo voy a explicar.
Todo el tiempo que he estado investigando y aprendiendo, las acusaciones y amenazas de activistas trans han estado burbujeando en mi línea de tiempo de Twitter. Esto fue iniciado al dar un “me gusta”. Cuando comencé a interesarme por la identidad de género y los asuntos transgénero, comencé a hacer capturas de pantalla de los comentarios que me interesaban, como una forma de recordarme a mí misma lo que podría investigar más adelante. En una ocasión, distraídamente di "me gusta" en lugar de hacer capturas de pantalla. Ese simple “me gusta”, se consideró evidencia de un pensamiento incorrecto, y comenzó un persistente nivel de acoso.
Meses después, agravé mi crimen accidental de "me gusta" siguiendo a Magdalen Berns en Twitter. Magdalen era una joven feminista y lesbiana inmensamente valiente que se estaba muriendo de un tumor cerebral agresivo. La seguí porque quería contactarla directamente, y lo logré. Sin embargo, como Magdalen era una gran creyente en la importancia del sexo biológico y no creía que las lesbianas debieran ser llamadas intolerantes por no salir con mujeres trans con pene, se unieron los puntos en las cabezas de los activistas trans de Twitter, el nivel de acoso en las redes sociales aumentó.
Menciono todo esto solo para explicar que sabía perfectamente bien lo que iba a pasar cuando apoyara a Maya. Debo haber estado en mi cuarta o quinta cancelación para entonces. Esperaba las amenazas de violencia, me dijeron literalmente que estaba matando a personas trans con mi “odio”, me llamaran coño y perra y, por supuesto, mis libros fueran quemados, aunque un hombre particularmente abusivo me dijo que los había convertido en abono.
Lo que no esperaba después de mi cancelación fue la avalancha de correos electrónicos y cartas que cayeron sobre mí, la gran mayoría de los cuales fueron positivos, agradecidos y solidarios. Provienen de una muestra representativa de personas amables, empáticas e inteligentes, algunos de ellos trabajando en campos relacionados con la disforia de género y las personas trans, quienes están profundamente preocupados por la forma en que un concepto sociopolítico está influyendo en la política, la práctica médica y la seguridad. Están preocupados por los peligros para los jóvenes, homosexuales y por la erosión de los derechos de las mujeres y las niñas. Sobre todo, les preocupa un clima de miedo que no sirve a nadie --y menos a los/as jóvenes trans--.
Me alejé de Twitter durante muchos meses, antes y después de tuitear apoyo a Maya, porque sabía que no estaba haciendo nada bien a mi salud mental. Solo regresé porque quería compartir un libro infantil gratis durante la pandemia. Inmediatamente, activistas que claramente se creen personas buenas, amables y progresistas, volvieron a aparecer en mi línea de tiempo, asumiendo el derecho de ser la policía de mi discurso, me acusan de odiar, me llaman puta misógina y, sobre todo --como a todas las mujeres involucradas en este debate--, me nombran “TERF”.
Si usted todavía no lo sabe --¿por qué debería saberlo? —“TERF” es un acrónimo acuñado por activistas trans, que significa: Trans Exclusionary Radical Feminist (Feministas radicales excluyentes de los trans). En la práctica, actualmente se denomina TERF a una enorme y diversa muestra de mujeres y la gran mayoría nunca han sido feministas radicales. Los ejemplos de las llamadas TERF van desde la madre de un niño gay que temía que su hijo quisiera hacer la transición para escapar del acoso homofóbico, hasta una señora mayor que hasta ahora no era feminista y que prometió no volver a visitar a Marks & Spencer11) Tienda departamental multinacional con sede en Londres, Inglaterra, que se especializa en la venta de ropa, productos para el hogar y productos alimenticios, principalmente de su propia marca. Tipo "Liverpool" o "El palacio de hierro" en México. https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Marks_%26_Spencer&oldid=991349036, porque le permiten a cualquier hombre que dice ser mujer, usar los probadores asignados a las mujeres. Irónicamente, las feministas radicales ni siquiera son trans-excluyentes --ya que incluyen a los hombres trans en su feminismo, porque ellos dicen haber nacido mujeres.
Pero las acusaciones de ser una TERF, han sido suficientes para intimidar a muchas personas, instituciones y organizaciones que una vez admiré, que se acobardan ante las “tácticas de la hora del recreo”22) La autora hace una alusión al comportamiento que tienen muchos niños y niñas cuando se da la conocida hora del recreo en las escuelas cuando un grupo de menores insultan, violentan y excluyen a una niña o niño que suele ser más tímidos/as, retraídos/as y/o diferentes. Prácticas que producen daño psicológico por el señalamiento social que un grupo establece sobre ciertos individuos/as.. “¡Nos llamarán transfóbicos!”, “¡Dirán que odio a las personas trans!” ¿Qué sigue, dirán que tienes pulgas? Hablando como mujer biológica, muchas personas en posiciones de poder realmente necesitan crecer un poco, (lo que sin duda es posible, según el tipo de personas que argumentan que el “pez payaso” demuestra que los seres humanos no somos una especie deforme).
Entonces, ¿por qué estoy haciendo esto? ¿por qué hablar? ¿por qué no investigar en silencio y mantener la cabeza gacha?
Bueno, tengo cinco razones para preocuparme por el nuevo activismo trans y decidir que necesito expresarme.
En primer lugar, tengo un fideicomiso benéfico que se centra en aliviar las privaciones sociales en Escocia, con especial énfasis en las mujeres y los niños. Entre otras cosas, mi confianza apoya proyectos para mujeres presas (encarceladas) y para sobrevivientes de abuso doméstico y sexual. También financio la investigación médica sobre la Esclerosis Múltiple, una enfermedad que se comporta de manera muy diferente en hombres y mujeres. Por un tiempo me ha quedado claro que el nuevo activismo trans está teniendo (o es probable que tenga, si se cumplen todas sus demandas) un impacto significativo en muchas de las causas que apoyo, porque está presionando para erosionar la definición legal de sexo y reemplazarlo con el concepto de género33) El feminismo nos ha ayudado a entender que una de las raíces de exclusión y subordinación que ejercen los hombres contra las mujeres, está basada primordialmente en nuestros caracteres sexuales (definidos así por la genética-biológica), y que, los comportamientos que se asignan a las mujeres están definidos por una construcción social a la que se le ha dado el nombre de género. Sin embargo, la llamada “ideología queer” emergida desde principios de los 80’s, definió los conceptos de sexo y género como un mismo concepto, donde el género es algo “fluido”, que puede ser modificado a gusto de las personas sin mayor dificultad igualando el termino sexo con género. Lo que ha provocado confusión y no está apegado a la realidad de las mujeres, que por nacer con información genética que NO pueden modificar ni fluir, recibimos en general un trato subordinado en el patriarcado. Recomendamos el siguiente artículo para aclarar conceptos, aunque el mismo está en inglés_ “Feministas como yo, no somos anti-trans, simplemente no descartamos el termino sexo”, https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/sep/30/feminists-anti-trans-idea-sex-gender-oppression.
La segunda razón es que soy ex maestra y fundadora de una organización benéfica para niños/as, me interesa por igual la educación tanto como en la protección. Como muchas otras, tengo profundas preocupaciones sobre el efecto que el movimiento de “derechos trans” está teniendo en ambos.
La tercera es que, como autora prohibida44) Aquí la autora se refiere a su propia historia, ya que al presentar su serie de libros “Harry Potter” a distintas editoriales, le fue negado el derecho de publicar su propio nombre, ya que la identificaba como mujer. Los editores le pidieron lo cambiara para evitar “defraudar” al público, por lo que en la mayoría de sus obras utiliza sus iniciales o seudónimos para evitar el estigma de ser “mujer escritora” y afectar las ventas., me interesa la libertad de expresión y la he defendido públicamente, incluso ante Donald Trump.
La cuarta es donde las cosas comienzan a ponerse verdaderamente personales. Me preocupa la enorme explosión de mujeres jóvenes que desean hacer la transición y también el creciente número de mujeres que parecen estar en De-transición (volviendo a su sexo original), porque se arrepienten de tomar medidas que, en algunos casos, han alterado sus cuerpos de manera irrevocable, llegando a quitarles la fertilidad. Hay quienes dicen que decidieron hacer la de-transición después de darse cuenta de que se sentían atraídos por personas del mismo sexo y que la transición fue impulsada en parte por la homofobia, ya sea en la sociedad o en sus familias.
La mayoría de la gente probablemente no se da cuenta (yo ciertamente no lo sabía, hasta que comencé a investigar este tema adecuadamente) hace diez años, la mayoría de las personas que querían pasar al sexo opuesto eran hombres. Esa proporción se ha revertido. El Reino Unido ha experimentado un aumento del 4400%, en el número de niñas enviadas para un tratamiento de transición al sexo opuesto. Las niñas autistas están enormemente sobrerrepresentadas en su número55) La autora pone énfasis, en esta población porque se observa que las niñas con autismo están siendo canalizadas a terapias de cambio de sexo, cuando sus problemas de desarrollo y adaptación pueden ser otros, por eso existe una sobre representación de esta población que está siendo llevada al transgenerismo. Aclaramos que no se tienen mediciones en países en desarrollo..
El mismo fenómeno se ha observado en EE. UU. En 2018, la médica e investigadora estadounidense Lisa Littman se propuso explorarlo. En una entrevista, dijo: “Los padres en línea describían un patrón muy inusual de ‘identificación transgénero’ en el que varios amigos/as e incluso grupos completos de amigos/as se identificaron como transgénero al mismo tiempo. Hubiera sido negligente si no hubiera considerado el ‘contagio social’ y las ‘influencias en el comportamiento’ como factores potenciales'', de este incremento.”
Littman mencionó a Tumblr, Reddit, Instagram y YouTube, como factores que contribuyeron a la Disforia de Género de Inicio Rápido (DGIR), donde ella cree que en el ámbito de la identificación transgénero 'los jóvenes han creado cámaras aisladas de ecos particulares'66) El artículo de la Dra. Littman puede ser consultado en inglés en la siguiente liga: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0202330.
Su texto causó furor. Fue acusada de parcial y de difundir información errónea sobre personas transgénero, y sometida a un tsunami de abusos y una campaña concertada para desacreditar tanto a ella, como a su trabajo. La revista desconectó el artículo y lo volvió a revisar antes de volver a publicarlo. Sin embargo, su carrera sufrió un golpe similar al sufrido por Maya Forstater. Lisa Littman se había atrevido a desafiar uno de los principios centrales del activismo trans, que es que la identidad de género de una persona es innata, como la orientación sexual. Nadie, insistieron los activistas, jamás podría ser persuadido de ser trans.
El argumento de muchos activistas trans actuales es que, si no permites que una adolescente disfórica de género haga la transición, se suicidará. En un artículo que explica porque renunció el psiquiatra Marcus Evans de la Tavistock (una clínica de género del Sistema Nacional de Salud –NHS- en Inglaterra), él mismo declaró que: “las afirmaciones de que los/as niños/as se suicidan si no se les permite la transición, no corresponden sustancialmente con ningún dato o estudio sólido en esta área. Tampoco corresponden con los casos que he encontrado durante décadas como psicoterapeuta”77) El artículo “Por qué renuncié al centro Tavistock: los/as niños/as Trans-Identificados necesitan terapia, no solo “afirmación” y drogas”, se puede leer en ingles en el siguiente link:https://quillette.com/2020/01/17/why-i-resigned-from-tavistock-trans-identified-children-need-therapy-not-just-affirmation-and-drugs/.
Los textos de hombres trans jóvenes (entiéndase mujeres adolescentes) revelan un grupo de personas notablemente sensibles e inteligentes. Cuantos más relatos de disforia de género he leído, con sus descripciones de ansiedad, disociación, trastornos alimentarios, autolesiones y odio contra sí mismas, más me pregunto “qué me hubiera pasado si hubieran nacido 30 años después”; Yo también podría haber intentado hacerme la transición. La seducción de escapar de la feminidad habría sido enorme. Luché con un TOC (siglas de Trastorno Obsesivo Compulsivo) severo cuando era adolescente. Si hubiera encontrado una comunidad y una simpatía en línea que no podría encontrar en mi entorno inmediato, creo que podrían haberme persuadido de convertirme en “él hijo” que mi padre abiertamente habría preferido.
Cuando leí sobre la teoría de la identidad de género recuerdo cuán mentalmente asexuada me sentía en la juventud. Recuerdo la descripción de Colette de sí misma como una "hermafrodita mental" y las palabras de Simone de Beauvoir: "Es perfectamente natural que la futura mujer se sienta indignada por las limitaciones que le impone su sexo. La verdadera pregunta no es por qué debería rechazarlos: el problema es más bien entender por qué los acepta.”
Como no tenía una posibilidad realista de convertirme en hombre en la década de 1980, tuvieron que ser los libros y la música los que me ayudaron a superar mis problemas de salud mental y el escrutinio y juicio sexual que lleva a tantas chicas a la guerra contra sus cuerpos en su adolescencia. Afortunadamente para mí, encontré mi propio sentido de la otredad y mi ambivalencia sobre ser mujer, reflejados en el trabajo de escritoras y músicas que me aseguraron que, a pesar de todo lo que un mundo sexista intenta arrojar sobre el cuerpo femenino… está bien no sentirse “rosa”, dócil y obediente dentro de mi propia cabeza; Está bien sentirse confundida, oscura, tanto sexual como asexual, insegura de qué o quién eres.
Quiero ser muy clara aquí: sé que la transición será una solución para algunas personas con disforia de género, aunque también soy consciente, a través de una extensa investigación, que los estudios han demostrado consistentemente que entre el 60-90% de los adolescentes con disforia de género crecerán fuera de su disforia. Una y otra vez me han dicho que 'solo conozco a algunas personas trans'. Conozco: además de algunas personas más jóvenes, todas adorables, a una mujer transexual que se describe a sí misma, que es mayor que yo y maravillosa. Aunque es clara sobre su pasado como hombre gay, siempre me ha resultado difícil pensar en ella como algo que no sea una mujer, y creo (y ciertamente espero) que está completamente feliz de haber hecho la transición. Sin embargo, al ser mayor, pasó por un largo y riguroso proceso de evaluación, psicoterapia y transformación por etapas. La actual explosión de activismo trans está instando a la eliminación de casi todos los sistemas sólidos por los que alguna vez se requirió que pasaran los candidatos para la reasignación de sexo. Un hombre que no tenga la intención de someterse a una cirugía y no tomar hormonas ahora puede obtener un Certificado de Reconocimiento de Género y ser una mujer ante los ojos de la ley. Mucha gente no se da cuenta de esto.
Estamos viviendo el período más misógino que he vivido. En los 80, imaginaba que mis futuras hijas, si tuviera alguna, lo harían mucho mejor que yo, pero entre la reacción violenta contra el feminismo y una cultura en línea saturada de pornografía, creo que las cosas han empeorado significativamente para las niñas. Nunca he visto a mujeres denigradas y deshumanizadas en la medida en que lo son ahora. Desde el líder de la larga historia de acusaciones de agresión sexual del mundo libre y su orgulloso alarde de 'agarrarlas por el coño', hasta el movimiento Incel ('célibe involuntariamente') que se enfurecen contra las mujeres que no les dan sexo y las asesinan, hasta los activistas trans que declaran que las TERF necesitan ser golpeados y reeducados, los hombres de todo el espectro político parecen estar de acuerdo: las mujeres están buscando problemas. En todas partes, a las mujeres se les dice que se callen y se sienten, o si no...
He leído todos los argumentos sobre la femineidad que no reside en el cuerpo sexuado, y las afirmaciones de que las mujeres biológicas no tienen experiencias comunes, y las encuentro también profundamente misóginas y regresivas. También está claro que uno de los objetivos de negar la importancia del sexo es erosionar lo que algunos parecen ver como la idea cruel segregacionista de que las mujeres tienen sus propias realidades biológicas o, igual de amenazantes, realidades unificadoras que las convierten en una clase política cohesionada. Los cientos de correos electrónicos que he recibido en los últimos días demuestran que esta erosión preocupa a muchos otros por igual. No es suficiente que las mujeres sean aliadas de los trans. Las mujeres deben aceptar y admitir que no existe una diferencia material entre las mujeres trans y ellas mismas.
Pero, como han dicho muchas mujeres antes que yo, 'mujer' no es un disfraz. 'Mujer' no es una idea en la cabeza de un hombre. 'Mujer' no es un cerebro rosado, un gusto por Jimmy Choos88) Marca de zapatos para dama hecha en Inglaterra. La compañía fue fundada por la editora de accesorios de la revista Vogue Tamara Mellon y el diseñador de zapatos Jimmy Choo. o cualquiera de las otras ideas sexistas que ahora, de alguna manera, se promocionan como progresistas. Además, el lenguaje 'inclusivo' que llama a las mujeres 'menstruadoras' y 'personas con vulvas', les resulta a muchas mujeres deshumanizante y degradante. Entiendo porque los activistas trans consideran que este lenguaje es apropiado y amable, pero para aquellas de nosotras que hemos recibido insultos degradantes de hombres violentos, no es neutral, es hostil y alienante.
Lo que me lleva a la quinta razón por la que estoy profundamente preocupado por las consecuencias del activismo trans actual.
He estado en el ojo público durante más de veinte años y nunca he hablado públicamente sobre ser una sobreviviente de abuso doméstico y agresión sexual. No es porque me avergüence que me hayan pasado esas cosas, sino porque es traumático volver a visitarlas y recordarlas. También me siento protector con mi hija desde mi primer matrimonio. No quería reclamar la propiedad exclusiva de una historia que también le pertenece a ella. Sin embargo, hace poco, le pregunté cómo se sentiría si fuera públicamente honesto sobre esa parte de mi vida, y me respaldó para seguir adelante.
Estoy mencionando estas cosas ahora, no en un intento de ganar simpatía, sino por solidaridad con la gran cantidad de mujeres que tienen historias como la mía, que han sido calificadas de fanáticas por tener preocupaciones sobre los espacios exclusivos para mujeres.
Me las arreglé para escapar de mi primer matrimonio violento con algunas dificultades, pero ahora estoy casada con un hombre verdaderamente bueno y con principios, a salvo y segura de una manera que nunca en un millón de años esperaba estar. Sin embargo, las cicatrices dejadas por la violencia y la agresión sexual no desaparecen, no importa lo amada que sea ni cuánto dinero haya ganado. Mi perenne nerviosismo es una broma familiar, e incluso yo sé que es gracioso, pero rezo para que mis hijas nunca tengan las mismas razones que yo para odiar los ruidos fuertes repentinos o para encontrar personas detrás de mí cuando no las he escuchado acercarse.
Si pudieras entrar en mi cabeza y entender lo que siento cuando leo sobre una mujer trans que muere a manos de un hombre violento, encontrarías solidaridad y afinidad. Tengo una sensación visceral del terror en el que esas mujeres trans habrán pasado sus últimos segundos en la tierra, porque yo también he conocido momentos de miedo ciego, cuando me daba cuenta de que lo único que me mantenía con vida, era el tembloroso autocontrol de mi agresor.
Creo que la mayoría de las personas identificadas como trans no solo representan una amenaza cero para los demás, sino que son vulnerables por todas las razones que he descrito. Las personas trans necesitan y merecen protección. Al igual que las mujeres, es más probable que mueran a manos de sus parejas sexuales. Las mujeres trans que trabajan en la industria del sexo, en particular las mujeres trans de color, corren un riesgo particular. Como cualquier otra sobreviviente de abuso doméstico y agresión sexual, no siento nada más que empatía y solidaridad con las mujeres trans que han sido abusadas por hombres.
Por eso quiero que las mujeres trans estén seguras. Al mismo tiempo, no quiero que las que nacen niñas y mujeres, estén menos seguras. Cuando abres las puertas de los baños y los vestuarios a cualquier hombre que “crea o siente que es una mujer” y, como he dicho, ahora se pueden otorgar certificados de confirmación de género sin necesidad de cirugía u hormonas, entonces se abre la puerta a todos y cada uno de los hombres que deseen entrar. Esa es la simple verdad.
El sábado por la mañana leí que el gobierno escocés está procediendo con sus controvertidos planes de reasignación de género, lo que de hecho significará que todo lo que un hombre necesita para 'convertirse en mujer' es, decir que lo es. Para usar una palabra muy contemporánea, “nos dieron un tiro". Derribada por los implacables ataques de activistas trans en las redes sociales, cuando solo estaba allí para darles a los/as niños/as comentarios sobre las imágenes que habían hecho para mi libro, pasé gran parte del sábado en un lugar muy oscuro dentro de mi cabeza, con recuerdos de una agresión sexual grave que sufrí en mis veintes que se repetía como remolino. Ese asalto ocurrió en un momento y en un espacio en el que yo era vulnerable, y un hombre aprovechó su oportunidad. No podía dejar de lado esos recuerdos, y me resultaba difícil contener mi ira y decepción por la forma en que creo que mi gobierno está siendo rápido e irresponsable con la seguridad de mujeres y niñas.
A última hora del sábado por la noche, revisando las fotos de los/as niños/as antes de irme a la cama, olvidé la primera regla de Twitter --nunca esperes una discusión coherente--, reaccioné a lo que sentí era un lenguaje degradante sobre las mujeres. Hablé sobre la importancia del sexo y he estado pagando el precio desde entonces. Pasé por transfóbica, era una cabrona, una perra, una TERF, merecía la censura, los puñetazos y la muerte. Eres Voldemort dijo una persona, sintiendo claramente que este era el único idioma que entendería.
Sería mucho más fácil tuitear los hashtags aprobados --porque, por supuesto, los derechos trans son derechos humanos y, por supuesto, las vidas trans importan--. Recoge tus migajas y disfruta del resplandor virtuoso. Hay alegría, alivio y seguridad en la conformidad. Como Simone de Beauvoir también escribió “… es más cómodo soportar la servidumbre ciega que trabajar por la propia liberación; los muertos también se adaptan mejor a la tierra que los vivos.”
Un gran número de mujeres están justificadamente aterrorizadas por los activistas trans; Lo sé porque muchas se han puesto en contacto conmigo para contarme sus historias. Tienen miedo ser acosadas, expuestas en público, perder sus trabajos, sus estilos de vida y de la violencia que predomina.
Pero por infinitamente desagradable que haya sido su ataque constante hacia mí, me niego a inclinarme ante un movimiento que creo está haciendo un daño demostrable al tratar de erosionar a la 'mujer' como clase política y biológica, y ofrecer cobertura a depredadores como nunca antes. Estoy junto a las valientes mujeres y hombres lesbianas, homosexuales, heterosexuales y trans, que defienden la libertad de expresión y pensamiento, los derechos y la seguridad de algunos de los más vulnerables de nuestra sociedad: jóvenes homosexuales, adolescentes frágiles, mujeres que dependen y desean conservar sus espacios solo para mujeres. Las encuestas muestran que esas mujeres son la gran mayoría, y excluyen solo a aquellas privilegiadas o lo suficientemente afortunadas como para no haberse enfrentado nunca a la violencia masculina o la agresión sexual, y que nunca se han molestado en informarse sobre lo frecuente que es.
Lo único que me da esperanza es que las mujeres que pueden protestar y organizarse, lo están haciendo, y tienen algunos hombres verdaderamente decentes y personas trans a su lado. Los partidos políticos que buscan apaciguar las voces más fuertes en este debate están ignorando las preocupaciones de las mujeres bajo su propio riesgo. En el Reino Unido, las mujeres se están comunicando entre sí entre distintos partidos políticos, preocupadas por la erosión de sus derechos ganados con tanto esfuerzo, y la intimidación generalizada. Ninguna de las mujeres críticas del género con las que he hablado, odia a las personas trans; al contrario. Muchas de ellas se interesaron en este tema en primer lugar debido a su preocupación por las jóvenes trans, y simpatizan enormemente con personas adultas trans que simplemente quieren vivir sus vidas, pero que también enfrentan una reacción violenta por un tipo de activismo que no respaldan. La ironía suprema es que, en el intento de silenciar a las mujeres con la palabra 'TERF', esto pudo haber empujado a más mujeres hacia el feminismo radical, como no pasó anteriormente.
Por último, no he escrito este ensayo con la esperanza de que alguien me saque un violín, ni siquiera uno pequeño. Soy extraordinariamente afortunado; soy un sobreviviente, no una víctima. Solo mencioné mi pasado porque, como cualquier otro ser humano en este planeta, tengo una historia de fondo compleja, que da forma a mis miedos, mis intereses y mis opiniones. Nunca olvido esa complejidad interior cuando estoy creando un personaje de ficción y ciertamente nunca la olvido cuando se trata de personas trans.
Todo lo que pido --todo lo que quiero--, es empatía, una comprensión afín, a los muchos millones de mujeres cuyo único delito, es querer que se escuchen sus preocupaciones sin recibir amenazas ni abusos.
Notas y referencias:
[1] Tienda departamental multinacional con sede en Londres, Inglaterra, que se especializa en la venta de ropa, productos para el hogar y productos alimenticios, principalmente de su propia marca. Tipo "Liverpool" o "El palacio de hierro" en México. https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Marks_%26_Spencer&oldid=991349036
[2] La autora hace una alusión al comportamiento que tienen muchos niños y niñas cuando se da la conocida hora del recreo en las escuelas cuando un grupo de menores insultan, violentan y excluyen a una niña o niño que suele ser más tímidos/as, retraídos/as y/o diferentes. Prácticas que producen daño psicológico por el señalamiento social que un grupo establece sobre ciertos individuos/as.
[3] El feminismo nos ha ayudado a entender que una de las raíces de exclusión y subordinación que ejercen los hombres contra las mujeres, está basada primordialmente en nuestros caracteres sexuales (definidos así por la genética-biológica), y que, los comportamientos que se asignan a las mujeres están definidos por una construcción social a la que se le ha dado el nombre de género. Sin embargo, la llamada “ideología queer” emergida desde principios de los 80’s, definió los conceptos de sexo y género como un mismo concepto, donde el género es algo “fluido”, que puede ser modificado a gusto de las personas sin mayor dificultad igualando el termino sexo con género. Lo que ha provocado confusión y no está apegado a la realidad de las mujeres, que por nacer con información genética que NO pueden modificar ni fluir, recibimos en general un trato subordinado en el patriarcado. Recomendamos el siguiente artículo para aclarar conceptos, aunque el mismo está en inglés_ “Feministas como yo, no somos anti-trans, simplemente no descartamos el termino sexo”, https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/sep/30/feminists-anti-trans-idea-sex-gender-oppression
[4] Aquí la autora se refiere a su propia historia, ya que al presentar su serie de libros “Harry Potter” a distintas editoriales, le fue negado el derecho de publicar su propio nombre, ya que la identificaba como mujer. Los editores le pidieron lo cambiara para evitar “defraudar” al público, por lo que en la mayoría de sus obras utiliza sus iniciales o seudónimos para evitar el estigma de ser “mujer escritora” y afectar las ventas.
[5] La autora pone énfasis, en esta población porque se observa que las niñas con autismo están siendo canalizadas a terapias de cambio de sexo, cuando sus problemas de desarrollo y adaptación pueden ser otros, por eso existe una sobre representación de esta población que está siendo llevada al transgenerismo. Aclaramos que no se tienen mediciones en países en desarrollo.
[6] El artículo de la Dra. Littman puede ser consultado en inglés en la siguiente liga: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0202330
[7] El artículo “Por qué renuncié al centro Tavistock: los/as niños/as Trans-Identificados necesitan terapia, no solo “afirmación” y drogas”, se puede leer en ingles en el siguiente link: https://quillette.com/2020/01/17/why-i-resigned-from-tavistock-trans-identified-children-need-therapy-not-just-affirmation-and-drugs/
[8] Marca de zapatos para dama hecha en Inglaterra. La compañía fue fundada por la editora de accesorios de la revista Vogue Tamara Mellon y el diseñador de zapatos Jimmy Choo.
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