Qué vida tan maravillosa: Dusty Springfield

La carroza fúnebre tirada por tres majestuosos caballos negros llevaba su cuerpo; tras los cristales se veía el ataúd y las flores que formaban su nombre: Dusty.
Era el 12 de marzo de 1999, un día frío y lluvioso en la pequeña ciudad de Henley-on-Thames, Oxfordshire en Irlanda, donde finalmente la gran diva del pop había elegido vivir sus últimos años. Ese mismo día hubiera recibido la Orden del Imperio Británico (OBE) de manos de la reina, si no fuera por lo avanzado de su enfermedad, el cáncer de mama que intentaba vencer desde 1994 cuando la diagnosticaron. La ceremonia se tuvo que adelantar para que ella recibiera la medalla, y el funeral se realizó 10 días después de su muerte, a sus 59 años.

A la misa de despedida acudieron las estrellas del rock and roll de 4 décadas distintas: “Cientos de ramos de flores se colocaron en el interior de la nave en la iglesia, como el camerino de una estrella en la noche del estreno”. Elton John, de gira por América, mandó flores. Acudieron celebridades como Rod Stewart, Cilla Black, Lulu, Tom Jones, así como una plétora de ejecutivos de compañías discográficas, incluidos los fundadores de Atlantic y, por supuesto, los compositores americanos favoritos de Dusty. Un arreglo floral con una tarjeta decía: “Paul McCartney y los niños”, Paul declaró que se alegraba de haber podido decirle, cuando habían intercambiado llamadas telefónicas antes de la muerte de Linda, “lo estupenda que era” –Dusty–.

Todo lo Narra Vicki Wickham en su libro “Dancing with Demons” (Bailando con demonios), la biografía autorizada de Dusty Springfield.
En las imágenes de videos noticiosos que se pueden recuperar en YouTube, se ve a los Pet Shop Boys –que revivieron la carrera de Dusty en los 90’s–, entrar a la iglesia con ramos de flores, mientras en los altavoces que daban a la calle se escuchaba el clásico: ‘You Don’t Have To Say You Love Me’ (No tienes que decir que me amas): “You don’t have to say you love me / Just be close at hand, You don’t have to stay forever / I will understand, Believe me, believe me” (No tienes que decir que me amas, sólo estar cerca, no tienes que quedarte para siempre, lo entenderé, créeme, créeme).
En 1966, Dusty había grabado este tema cuyo original era un éxito en italiano, y que ella llevó a ser su primer número uno en las listas de éxitos. La traducción no tenía nada que ver con el original, pero ella había escuchado esta canción en un viaje y quería cantarla en su idioma, así que Vicki Wickham, que no sabía nada de italiano, inventó algo completamente distinto que funcionó perfecto.
Ellas dos fueron novias por un tiempo, pero la mayor parte de la vida fueron amigas, y por temporadas, Vicki condujo su carrera, después escribió su biografía. Vicki y Dusty se conocieron en un famoso programa de televisión llamado “Ready, Steady, Go!” (¡Preparados, listos, fuera!).

Un 16 de abril de 1939, nació Mary Isobel Catherine Bernadette O’Brien, cuyo nombre artístico elegido fue Dusty Springfield; su padre, un contador de nombre Gerard Anthony ‘OB’ O’Brien, y su madre Catherine Anne ‘Kay’ O’Brien, fue ama de casa.
Aunque vivían en Londres, fue la época de la segunda guerra mundial, por lo que la pareja se movió a Buckinghamshire, 100 kilómetros más allá. Ahí, Dusty y su hermano mayor crecieron, en una familia un tanto disfuncional… la pequeña fue educada en el catolicismo y enviada a una escuela de monjas.
Ella recordaba que su gusto por la música lo obtuvo de su padre que compartía con ella sus discos; escuchar la música le hacía evadir las fuertes discusiones que el padre mantenía con su madre por cualquier cosa. La tímida Dusty encontró refugio durante la adolescencia en la música y los libros, éstas fueron sus actividades habituales y, con la explosión de la música pop y el rock and roll de los 60’s, su vida se enfiló rápidamente a explotar su talento natural y convertirse en cantante.
Al mismo tiempo, su hermano, contagiado por el apetito musical de Dusty, decidió formar su propia banda, a la que llamó “Los Springfields” (The Springfields).
En aquella época, Dusty había empezado a cantar con un grupo de amigas y formaron un trío, pero eran momentos de juventud y las cosas avanzaban muy rápido. La influencia del rock americano era muy fuerte, y ella y su hermano empezaron a tener éxito con su música. Sin embargo, Tom –su hermano–, iba por otro camino, y ella tenía una impactante luz propia.

Cuando la banda se disolvió, cambió su nombre a Dusty y siguió usando el “Springfield” que ya le estaba ganando reconocimiento. Eran los años 60’s, los jóvenes eran los que decidían para dónde iba el mercado comercial; en Inglaterra se dibujaban dos líneas claras de representación social, los “Rockers” que se apegaban a las motocicletas y la música rock y, por otro lado, estaban los “Mods”, acrónimo de modernistas, que eran más urbanos, seguidores del jazz, rhythm and blues, y la ropa a la moda con colores brillantes, a quienes les gustaba el arte y los libros. Dusty fue la mejor representante de la juventud “Mod”, con su apariencia impecable y moderna, el cabello de estilo alto planchado, con pequeños adornos de joyería, combinando el rock and roll negro que llegaba de Estados Unidos; su interpretación consiguió ese tono de voz fluido, terso con un poder particular y letras profundas en las canciones; muchas eran éxitos en otros países, Dusty las reescribía y convertía en éxitos en Inglaterra, y “lo que es más importante, fue la voz más asombrosamente conmovedora que jamás haya surgido de la música británica”.
Los éxitos de Dusty vinieron como cascada, ella representaba todo el ideal de la mujer blanca, hermosa, talentosa, simpática, elegante, y un montón de ideales que al final caían como una loza pesada sobe ella misma: una joven lesbiana que se refugiaba en la música y que, de pronto, alcanzó niveles nunca antes vistos en la reciente industria del rock and roll.


Aunque en varias ocasiones le preguntaron sobre su vida sentimental, no había el hostigamiento de la prensa de espectáculos que vemos en la actualidad; ella no hablaba de sus relaciones, llegó a fingir que le atraían los hombres si la pregunta era pública, pero al mismo tiempo trataba su lesbianismo sin mayor problema. No lo negaba en conversaciones con amistades y su círculo cercano sabía que ella mantenía relaciones amorosas con mujeres, en su mundo de relaciones de trabajo se sabía que era lesbiana y ahí paraba todo.
Norma Tanega fue una de sus primeras parejas en aquellos años de éxito; era una cantante de protesta estadounidense que cantaba contra la guerra de Vietnam. De ascendencia mexicana, se conocieron en un estudio de televisión. El flechazo fue instantáneo declaró Tanega: “Estoy ahí con mi guitarra, como una idiota, mientras esta mujer, que no tenía ni idea de quién era, se subía a un andamio y repasaba una y otra vez esta canción hasta que quedaba, por supuesto, perfecta”. Durante su relación, Norma convenció a Dusty para invertir su dinero en adquirir una casa, lo que le ayudó a tener estabilidad.
La década de los 60’s fue fundamental para Dusty, con éxitos instantáneos cada semana, pronto dirigió su propio show de televisión, y fue declarada la mejor cantante de Soul y R&B, que también invadía las listas del Pop, Rock and roll y Jazz. Ella expresaba lo que los jóvenes querían decir, en una industria musical que sobre todo valoraba a los hombres y sus grupos.

“Son Of A Preacher Man” (El hijo del pastor – #10 de las listas Billboard) una reinterpretación que se distinguió de la versión de Aretha Franklin y traspasó el tiempo, al convertirse en el tema del éxito de taquilla Pulp Fiction; “Spooky” (#50) que décadas después fue rejuvenecida para las pistas de baile; “I Only Want To Be With You” (Solo quiero estar contigo #12), “The Look Of Love” (La mirada del amor #22), “You Don’t Have To Say You Love Me” (No tienes que decir que me amas) su número 1, “Wishin’ And Hopin” (Deseando y queriendo #6) “Take Another Little Piece Of My Heart” (Toma otro pedacito de mi corazón) que pocos meses después sería reinterpretada por Janis Joplin para consagrar su carrera, así como muchos éxitos proporcionados directamente por Burt Bacharach o Carole King, la exitosa compositora estadounidense que le mandaba sus canciones directamente a Dusty una joven lesbiana que se refugiaba en la música y que, de pronto, alcanzó niveles nunca antes vistos en la reciente industria del rock and roll y así una larga lista de éxitos que ocuparon los primeros lugares de las listas de popularidad internacionales; Dusty era la voz a imitar, la moda a seguir, la influencia a respetar.

Y aprovechaba su éxito para expresar su postura contra la discriminación, como cuando se negó a cantar en lugares segregados en Sudáfrica; o que vivió rescatando perros y gatos de las calles, los que se convirtieron es sus mejores compañeros.

Para la década de los 70, su éxito disminuyó; decidió irse a vivir primero a Nueva York, y luego emigró a Los Ángeles, donde compró una casa. Una parte de sus gastos los cubrían sus regalías, y al mismo tiempo, buscaba hacer grabaciones nuevas, pero éstas no le redituaban mayor éxito. La estrella se fue apagando, y con su declive, sus inseguridades crecieron, años antes se había hecho adicta a las pastillas para adelgazar y eso la llevó a otras formas de adicción.
Lamentablemente, la depresión se apoderó de ella con ese sentimiento de “haber fracasado” al ver perdido todo su éxito, su personalidad se descompuso cada vez más; empezó a dañarse a sí misma, a acudir muy seguido a las salas de emergencia en busca de atención y medicinas, o encerrarse en hospitales psiquiátricos de manera recurrente por sus crisis adictivas.
En varias ocasiones también intentó recuperarse, produjo nuevos álbumes; pero lamentablemente, el éxito no regresó y sí muchas críticas, sus presentaciones se hicieron escasas y conflictivas por el miedo que le daba presentarse en escena, lo que le produjo ir perdiendo la voz. Aun así, cuando lo intentaba, volvía a brillar, y cuando lograba superar sus inseguridades sus presentaciones revivían su entusiasmo y el de su público.
Obviamente, la música cambió y ella se quedó atrás como una intérprete de otros tiempos. Sin embargo, en el horizonte venían mejores tiempos --después de su larga estancia en Norte América--, decidió regresar a Inglaterra.
En los años 80, la sociedad empezó un cambió más profundo, las demandas sociales por una sociedad más incluyente y sin prejuicios se hicieron evidentes en la música y la moda, además de las fronteras. El punk devino en new wave y la riqueza musical volvió a explotar con mucha más fuerza que antes en todo el mundo, éste nuevo aire incorporó los sonidos sintéticos armoniosos, y ayudó a revivir a estrellas de otros tiempos que abrieron el camino a las nuevas generaciones.
Dusty Springfield vivió una nueva etapa de mayor libertad en cuanto a su lesbianismo, se pudo relacionar más abiertamente con otras lesbianas entre las que estuvieron la famosa Billie Jean King (tenista de Grand slam) y la cantante de punk rock Carol Pope que empezaba a despuntar. Sue Cameron fue su pareja por muchos años, y en 1983 se casó en una boda simbólica –ya que el matrimonio lésbico no fue legal en Estados Unidos hasta entrados los años dos mil–, con Tedda Bracci, otra cantante con la que se obsesionó, pero cuya boda terminó muy pronto debido a que se llevaban muy mal.
Grabó varios temas a dueto con cantantes famosos como Tom Jones, Barry Manilow, y Annie Lennox revivió “I Only Want To Be With You”; aunque lo mejor estaba por venir.

El dueto Pet Shop Boys, después de su enorme éxito con “West end girls” en 1986, decidieron revivir la carrera de Dusty Springfield.
A pesar de haber perdido vigencia musical, ella era un ícono a seguir, era la Diva que se había diseñado toda una vida que representaba los ideales de una nueva era, además vivió una vida lesbiana subterránea, y eso le añadía un toque revolucionario a todo lo que representaba. La juventud de los ochentas estaba dispuesta a sostenerla en sus hombros tal y como lo hizo con otras estrellas.
Así resurgió, a pesar de que los productores no querían trabajar con ella por ser: “parte de otra era, adicta y tener un récord de mala salud mental”; pero los Pet Shop Boys no cedieron, ya habían tomado la decisión de hacerla parte de su éxito, le mandaron la propuesta de hacer dueto con ellos, y aunque ella no sabía quiénes eran los Pet Shop Boys, sí conocía su éxito, por lo que aceptó participar con ellos.
En agosto de 1987, “What Have I Done to Deserve This?” (¿Qué he hecho para merecer esto?) a dueto con Dusty, se colocó de inmediato en el número 2 en Inglaterra y número 1 en Estados Unidos.
Su carrera estaba en su tercera década con un nuevo sonido; en 1990, grabó su 13° álbum con un estilo electrónico: “Reputation”, bajo la producción de los Pet Shop Boys, que alcanzó el lugar 18 de los mejores álbumes en Inglaterra ese año, y que sonaba muy bien en las pistas de baile.
Unos años después de su resurgimiento, en 1994 a sus 55 años, se encontraba en Nashville, para grabar un nuevo álbum, el que se convirtió en el último para ella: “A Very Fine Love” (Un hermoso amor). Era el invierno y caían tormentas de nieve, las condiciones para grabar se volvieron muy adversas y la voz de Dusty se volvía a ir, como en otros tiempos, así que su amiga Pat, que la acompañó en las grabaciones, la llevó con el mejor medico de Nashville. Durante el examen, el doctor no encontró nada en su garganta, pero sí encontró un bulto en su pecho.
Unas semanas después, ya de regreso en Inglaterra, acudió con una doctora que le confirmó lo que sospechaban, el bulto en el pecho era cáncer.
Por esos días, terminó un dueto con Daryl Hall –de Hall and Oates–, y Pulp Fiction estaba en las salas de cines. Con el éxito de la película, la interpretación de “Son of a preacher man” interpretada por Dusty, volvía a escalar las listas de música a nivel mundial. Los médicos la prepararon para lo que venía, quimioterapia, operaciones y radiación, el éxito tenía que esperar.

Aunque Dusty creía que podía vencer el cáncer, esto no fue así. Para el otoño de 1995, el que fue su último álbum estaba listo para salir, las sesiones finalizaron con dificultad. La crítica recibió bien el disco que la llevaba de regreso al estilo que a ella le gustaba. Dio varias entrevistas para medios de comunicación y apareció –con dificultad–, en varias revistas.
Su casa se llenó de reporteras y reporteros, cada pequeño detalle de su vida se reflejaba en las publicaciones, y las propuestas para presentase en programas de televisión, hacer presentaciones con cantantes famosas o anunciar cervezas y otros productos (ella había dejado de beber), le llovían.
Aunque cansada, siempre aceptaba; un programa completo dedicado a ella se transmitió: “Dusty - Full Circle” (Dusty - Círculo completo), y apareció en vivo en el famoso programa musical “Jools Holland, Later”, donde compartió escenario con Alison Moyet (del dueto Yazoo) y Sinéad O’Connor que aparecía en los coros. Volvió a entonar en vivo: “Where Is A Woman To Go” (¿A dónde debe ir una mujer?), demostrando que nunca había perdido la calidad con la que había nacido, fue ésta su última presentación en televisión.
Por algunas semanas más se sintió bien, emprendió un viaje por Irlanda en carro; pero durante ese tiempo, una tos volvió a aparecer, lo que le recordó que su salud seguía siendo frágil. El periodo de remisión estaba pasando, se realizó otros estudios y esta vez descubrieron que el cáncer se había extendido hasta los huesos.

Volvió a la quimioterapia, pasó un par de años más yendo y viniendo al hospital al que acudía como si éste fuera un hotel más, dentro de una gira muy larga.
Los últimos años fueron difíciles, los tratamientos absorbieron todos sus recursos, y al correrse la noticia de una enfermedad terminal, reporteros y fotógrafos se instalaron afuera de su casa para tratar de observar cada movimiento que ella hacía. Su amiga Vicki logró un trato para vender los derechos finales de su catálogo de música, lo que le permitió mudarse a una casa sin acceso a los fotógrafos y la posibilidad de pasar sus últimos meses de manera decorosa.

El 2 de marzo de 1999, un mes antes de cumplir sesenta años, falleció Dusty Springfield, en su propia casa rodeada de sus amistades. Diez días después la ciudad de Henley-on-Thames en Oxfordshire, la despidió como la estrella que fue.
Su amiga de toda la vida Vicki Wickman escribió en el último párrafo de su biografía que Dusty declaró en algún momento: “Qué vida tan maravillosa. Poder cantar y disfrutar de ello”.
(Basado en el libro “Dancing with Demons”, de Penny Valentine y Vicki Wickham, biografía autorizada de Dusty Springfield, primera edición Junio de 2001).

0e466398-lv51dusty17-21
A %d blogueros les gusta esto: